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#Novedades de la industria
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Un pequeño paso hacia la construcción de un futuro mejor
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Las incrustaciones en el casco de un barco crean fricción a medida que éste se desplaza por el agua. Esta fricción aumenta la potencia que necesita el barco para mantener una velocidad determinada, lo que a su vez conlleva un mayor consumo de combustible y más emisiones.
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Desde el momento en que un barco golpea el agua, la suciedad inevitablemente seguirá. Ciertos parámetros aumentan la tasa de crecimiento, como las aguas más cálidas, o cuando el barco está más cerca de la orilla, o cuando es lento, a vapor o en reposo. Se ha calculado que incluso el fouling menor tendrá un impacto significativo en la hidrodinámica y el consumo de combustible del barco. El microfouling más pequeño es causado por baba y puede resultar en un aumento en el consumo de combustible de entre 7-9%, ya que el barco usa más combustible para contrarrestar el aumento de la resistencia. El macrofouling -algas, percebes, ostras y mejillones- normalmente aumenta la potencia del motor en un 18-20% en cinco años
Por lo tanto, no es de extrañar que en los difíciles mercados actuales este coste creciente sea uno que pocos armadores u operadores pueden permitirse. A esto hay que añadir la entrada en vigor de normas medioambientales más estrictas, como el inminente límite de azufre del 0,5% de la Organización Marítima Internacional (OMI) en enero de 2020, lo que ha hecho que se preste mayor atención a la eficiencia en el uso del combustible.
El fabricante mundial de revestimientos Hempel reconoce la necesidad de soluciones sostenibles que ayuden a maximizar la eficiencia operativa, razón por la cual el año pasado lanzó SHAPE (Systems for Hull and Propeller Efficiency).
SHAPE se basa en la norma ISO 19030 que describe cómo medir los cambios en el rendimiento del casco y de la hélice específicos del buque y define un conjunto de indicadores de rendimiento para el mantenimiento del casco y de la hélice, así como para las actividades de reparación. Basado en estos principios, el SHAPE monitorea las tendencias a largo plazo de un buque utilizando indicadores clave de desempeño en servicio (KPI). Esto proporciona datos detallados que permiten al propietario o armador tomar decisiones operativas basadas en hechos.
Un proceso fácil
SHAPE es un proceso simple y transparente. El sistema de medición y monitoreo SHAPE consta de seis etapas clave. En primer lugar, se establecen las curvas de referencia de potencia de velocidad individual del buque. A continuación, se recopilan los datos en servicio, que se limpian y se purifican para eliminar las condiciones de funcionamiento extremas y los efectos de los factores medioambientales.
A continuación, se realiza un cálculo preciso de la pérdida de velocidad. Esta es una medida crítica para entender el rendimiento de los buques y la eficiencia del combustible, ya que el aumento de potencia y la pérdida de velocidad están directamente relacionados. A partir de aquí se calculan los cuatro KPIs:
Rendimiento en dique seco - calcula los cambios en el rendimiento del casco y de la hélice durante los períodos de dique seco.
Rendimiento en servicio - calcula la eficacia de las soluciones del casco y de la hélice del buque.
Gatillo de mantenimiento - calcula el cambio en el rendimiento del casco y de la hélice durante un período determinado entre el dique seco y el uso en servicio.
Efecto de mantenimiento - calcula el cambio en el rendimiento del casco y de la hélice antes y después de un evento de mantenimiento.
Tras este análisis en profundidad, Hempel puede ofrecer un asesoramiento técnico sólido y valioso al operador del buque, asesorándole sobre las decisiones operativas que puede tomar para influir positivamente en su eficiencia de combustible y garantizar las mejores prácticas en el mantenimiento de los buques.