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Atlántico cruzado con el sistema de cometas WINGit
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Récord mundial del Atlántico con nuestro sistema de cometas
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Por segunda vez en la historia, un buque ha cruzado el océano Atlántico tirado únicamente por una cometa.
El deportista extremo portugués Francisco Lufinha tenía una misión: cruzar el Atlántico en solitario en una embarcación propulsada únicamente por cometa. Y lo consiguió En un tiempo récord de 21 días, ha pulverizado el récord que ostentaba la francesa Anne Quemere desde 2006.
Tras partir de Lisboa y hacer escala en las Islas Canarias, su ruta le llevó a Cabo Verde y luego al oeste del Caribe. Su meta: la isla de Martinica. Con una velocidad máxima de más de 30 km/h, atravesó el Atlántico en su trimarán especialmente diseñado para esta expedición, propulsado por cometas de 7 a 18 m2.
Pero, ¿cómo fue posible? - Los barcos de tamaño comparable necesitan velas mucho mayores para alcanzar tales velocidades. En este caso, había dos trucos: primero, elevar la cometa a mayor altura con líneas de hasta 150 m; y segundo, volar la cometa en forma de ocho. Todo ello garantizaba una velocidad mucho mayor de la cometa, que generaba unas 10 veces la potencia de una vela convencional del mismo tamaño. "Es una gran ventaja cuando quieres batir el récord mundial", afirma Lufinha. Pero para poder manejar una cometa con seguridad en esas condiciones es imprescindible contar con tecnología punta.
La innovación que lo hace posible procede de la empresa alemana Wingit, con sede en Dresde.
Stephan Schröder, director general de Wingit Kite Boat Systems, es el pionero y creador del sistema WingCommander. Éste incorpora una unidad de cabestrante controlada electrónicamente con la que la cometa puede dirigirse fácilmente mediante un joystick. El sistema también cuenta con un piloto automático que puede dirigir la cometa en recorridos más largos. La energía necesaria para hacer funcionar el sistema en la embarcación de Lufinha fue suministrada por dos células solares. Para Stephan Schröder, las condiciones extremas de un barco tan pequeño en medio del Atlántico, con olas de un metro de altura rompiendo continuamente sobre la proa, fueron "la mayor prueba de resistencia a la que se ha enfrentado nuestro sistema hasta ahora" Y prosigue: "Para garantizar que el barco pudiera manejarse aunque las baterías dejaran de funcionar, modificamos el WingCommander para que el patrón pudiera gobernar la cometa a mano en caso de emergencia"
Con su expedición, Francisco Lufinha ha demostrado de forma impresionante el enorme potencial de las energías regenerativas, al tiempo que traza un nuevo rumbo en el uso sostenible de los recursos cuando se navega en alta mar.